A menudo escuchamos la frase de ''si lo amas, déjalo ir''. Por mucho que cueste entender esta frase, no es mas que la verdad. Si dejamos ir a aquello que queremos, aprenderemos a ser independientes de otras personas y valernos por nosotros mismos, porque al fin y al cabo tu único compañero de viaje eres tú mismo. Debemos aprender a querernos y a valorarnos, porque si no lo hacemos, ¿quién lo hará?. Y es que la vida va avanzando y cerramos ciclos, como nosotros también saldremos de la vida de otros.
Si algo he sacado de mis experiencias es que tú eliges a quien le das el poder de hacerte ese daño. Hay veces en las que ese poder no es tan fácil de controlar, y nos dejamos llevar por instantes en los que nos conmueven los sentimientos y el sentido común pasa a un segundo plano. Donde las emociones sobrepasan los límites de la lógica y nos cautivan esos instantes que son capaces de sacarnos una sonrisa. Pero no debes infravalorar ese poder. De hecho es de lo más valioso que tienes, y hasta que no encuentres verdaderamente a esa persona por la que valga la pena estar rota, debes guardarlo con cuidado y aprecio, no quieres que te hagan daño como si fueras un juguete.
Volviendo al tema, a lo largo de tu vida pasarán miles y millones de personas. ¿Por qué quedarse en estancada en algo que no ha conseguido hacerte todo lo feliz que quieres ser? Mientras tanto, te estarás perdiendo las mejores experiencias de tu vida, y si te cierras a que nuevas personas puedan entrar en ella, quizás no conozcas al protagonista de tu próximo libro, de tu historia de amor.
Que por mucho que te invadan los recuerdos espontáneamente, hay que tratarlos con frialdad y no dejar que te invadan el presente.
Y aunque el pasado te de un toque de vez en cuando, no quiere decir que tengas que mirar hacia atrás, ya no vas en esa dirección.
V.
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