Alguien me enseñó una vez que cuando encuentras a alguien que rompa la monotonía de los días aburridos y que con la más mínima tontería sepa sacarte una sonrisa, agarrado fuerte. Porque hay veces que damos por hecho que siempre estarán ahí, y a lo mejor, cuando menos te lo esperes, decidan marcharse.
El me enseñó que la vida esta hecha de pequeños momentos, que desearías que pudieras darle al botón de ''replay'' una y otra vez. Que no merece la pena agobiarse por lo que pueda pasar en un futuro, que lo importante es el aquí y ahora, y que ya se encargará el destino de poner las cosas en su sitio.
El me enseñó que no todo es de color rosa, pero que hay personas que pueden aclarar un día de lluvia.
Nunca dejes ir algo que realmente te importa, porque aunque ahora no lo aprecies, habrá un día en el que te darás cuenta de que las personas que han hecho que tu vida sea mejor, son las que deben permanecer a tu lado. Y que todo lo que sube, baja, pero no todo lo que se va vuelve. Y que quizás no sea tu primer amor, pero si la mejor de tus historias.
Así que arriesga, juégate el tipo por aquello que sabes que valdrá la pena, y nunca des las cosas por sentadas, porque cuando ya no esté, te estarás arrepintiendo de lo que podrías haber hecho. Es cierto que quien no arriesga, aprende de errores.
V.
V.
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