martes, 28 de abril de 2015

El principio

El principio de todo es una nueva ilusión. Por despertar, por caminar, por salir y por andar por un camino virgen, que nunca nadie había pisado antes. Después de haber estado mucho tiempo andando sobre el mismo terreno, ya estaba desgastado, sucio, y ya uno esta harto de ver todo el rato los mismos alrededores.

Pero cuando el camino se bifurca, y aparece un nuevo sendero por recorrer, nuevas vistas y se abre un nuevo libro, sabemos que es el comienzo de algo nuevo. Aunque al principio tengas inseguridades, es normal, no quieres ser un corazón vulnerable para cualquier individuo que decida plantarse en el camino. Pero todo lo bueno empieza con un poco de miedo. 



Hacía mucho tiempo que no sentías nada parecido, y todo el mundo se pregunta porque has vuelto a sonreír. Por que sabes que es el principio de algo grande. A pesar de las dudas y la desconfianza, hay algo dentro de ti que te impulsa a seguir viendo lo que está sucediendo, lo que va a suceder. Habías olvidado lo que era sentir eso, pero de forma totalmente diferente, algo nuevo, pero hay veces que uno debe arriesgarse a lo desconocido. Sientes como todo vuelve a cobrar un sentido, y que ahora la luz de las noches no es la misma. Brillan más.



Pero como todo, no se mantiene por si solo. Durará tanto como lo cuides y lo cuidarás tanto como lo quieras. Y que merezca la pena. Que todo sacrificio tiene una recompensa, pero que esté equilibrado. 
Que el principio de todo comience como si estuvieras en una lanzadera, pero pierde el vértigo a cambio de las vistas. Y que aunque no sepas muy bien hacia donde vais, lo importante es que vais juntos y aunque las cosas se pongan difíciles, nunca te sueltes de la mano. Es tu compañero de viaje.

V.

Lo que está por venir es mejor de lo que se fue


Aunque no lo veamos así desde una primera instancia, a veces lo que creemos que es lo peor que podía pasar, a la larga es para mejor. Es inevitable una visión pesimista al principio, creemos que el mundo se nos cae encima. Pero lo que creíamos que duraría para siempre hay veces que acaba, de la noche a la mañana, y nos destruye. 
Como todo, es cuestión de tiempo, quizás meses o incluso años, bueno digamos meses. No es fácil borrar de la memoria todos los recuerdos, la nostalgia de los momentos de felicidad máxima, ni es necesario. Cuando dejas el pasado atrás, no quiere decir que tengas que olvidar todo lo sucedido, simplemente que lo mires como algo que se quedó en el camino, y que no sigue avanzando a tu paso. 

No creas que eres la única persona que está pasando por esto, a todos nos ha llegado el momento, o si no, nos llegará. 
Tampoco puedes ignorar aquello que te ha hecho ser quien eres hoy, quien ha sido tus ''buenos días'' y ''buenas noches'' infinitas veces. Pero no siempre hace falta tener a alguien ahí para decírtelo, debes empezar por el amor propio. Hazlo por ti, porque te quieres más que para estar destrozado por algo o por alguien más de la cuenta. Quererse a uno mismo es de las cosas más importantes que se debe tener en mente. No quiere decir tener la autoestima por las nubes, simplemente respetarte a ti misma lo suficiente para que te respeten los demás, y darte cuenta de que te quieres de forma que no hace falta que nadie lo haga por ti. 


Y es que lo más fácil es empezar de nuevo. Poco a poco. Sin prisa, pero sin pausa. No quiere decir que inmediatamente empieces una relación con otra persona, pero márcate objetivos, prioridades y metas. Trata de llegar a ser quien quieres ser sin necesidad de que nadie te empuje, se autosuficiente. Impúlsate por la motivación de conseguir lo que quieres por ti misma y no te dejes arrastrar por la tentación de volver a la comodidad de tener a alguien en mente, alguien en quien piensas cuando escuchas canciones lentas, quien te viene a la cabeza cuando ves alguna peli romántica, o de quien echas de menos los mensajes a cualquier hora del día o de la noche. No debes depender de nadie, porque el día que se vaya, caerás más fuerte aún, sin nadie para sostenerte.
No sabemos lo que puede pasar en un futuro, pero piensa que a partir de ahora las cosas solo pueden ir a mejor, que ahora es el principio del fin.
Porque lo que está por venir es mejor de lo que se fue.

V.

sábado, 25 de abril de 2015

Incondicional

Incondicional es aquello que permanece, por mucho que se haya erosionado con los años, las experiencias y las caídas. Y cuando caes, hace que no te duela tanto. Es lo que sigue a tu lado incluso cuando crees estar solo, y quieres estarlo. 


Desafortunadamente, hay muy pocas cosas que sean incondicionales en la vida, pero son los pilares que hacen que no se tambalee, que guarde el equilibrio en armonía con tu interior. 
A veces creemos no verlo, pero como las estrellas, siempre estan ahí, aunque las nubes las cubran. 



En lo incondicional aseguras la tranquilidad que a veces necesitas, y que te empujan a seguir caminando cuando crees que ya no puedes más. 
Como su propio nombre indica, lo incondicional no tiene condiciones; sean cuales sean las circunstancias, no solo van a estar ahí, sino que permanecen a tu lado, aparecen como estrellas fugaces, de la nada, pero se quedan todo lo que sea necesario. 

Todos tenemos a unos incondicionales, que podemos contar con los dedos de una sola mano, y que no te curan las heridas, te ayudan a que puedas hacerlo tu solo. Creen en ti, y eso es probablemente una de las cosas mas valiosas que he aprendido jamás. Cuando alguien tiene la suficiente seguridad de depositar su fe en ti, de creer que eres capaz de hacer lo que te propongas, y que siempre persiguen tus sueños a tu lado, sabes que son incondicionales. 


Y es que una persona que cree en ti cuando ni si quiera tu lo haces, significa que es mas que un amigo, es una confianza ilimitada, es tu fan número 1. 
Sabes que es incondicional cuando atraviesan junto a ti el camino de espinas y nunca han dudado en abandonar. Y es que hay momentos en los que hay que cambiar el curso de las cosas, dar un giro, y lo dan contigo. Por que indudablemente, esos han pisado fuerte y dejado una huella de por vida. Y es que no sabes hacia donde vas, solo sabes que vais juntos.

V.

martes, 21 de abril de 2015

Acelera y frena

La vida es un largo viaje en el cual haces paradas, vuelves hacia atrás y escoges nuevos caminos para recorrer. A veces te desvías y vas por caminos de piedras y en otras ocasiones decides ir por lo liso, sin obstáculos, y sin embargo acabas en sitios que no te esperabas. No existe ningún mapa, te dejas llevar por tus instintos y puede que te sientas perdido. En ese viaje puede llover pero después de un tramo llega el sol. A veces nos centramos demasiado en la conducción y se nos olvida disfrutar del paisaje. Ignoras aquello que está pasando delante de tus ojos, el mar, las montañas o los árboles que renacen en primavera.



Sin darnos cuenta, pisamos el acelerador demasiado y desatendemos lo que sucede a nuestro alrededor, perdemos ocasiones y oportunidades de conocer nuevos lugares con la meta de llegar a nuestro objetivo. Pero hay veces en las que viene bien frenar, bajarse del coche y disfrutar de las vistas. Contemplar el paisaje, cerrar los ojos y notar la brisa rozando tu piel y dejar que el sol reluzca en tu rostro.
Pero cuando llueve, decidimos refugiarnos, sin parar y esperar a que pase la tormenta, pero ¿por qué no bailar bajo la lluvia? Sentir las gotas deslizarse por tus mejillas y el pelo empapándose. Podemos aprender de estos momentos, porque no todo en la vida son caminos de amapolas, hay veces que necesitamos de la lluvia para apreciar el buen tiempo.
Si vamos demasiado rápido, ignoramos todo aquello que podemos encontrarnos en los alrededores de la carretera, y llegar demasiado pronto, quizás dándote  cuenta de que no era a donde querías llegar. 


Y recuerda que en tu coche se subirán y bajarán cientos de personas, pero solo aquellas que valen la pena permanecerán sentados. Si caminas solo, llegarás antes, si caminas acompañado, llegarás más lejos. Y a veces nuevas personas se montarán y te harán frenar, detener tus prisas y hacerte contemplar las vistas, y sin embargo habrá otras que te estropearan el coche, y tendrás que estar parado un tiempo. Y no te olvides de que el que conduce eres tú, y no debes dejar a nadie mas tomar el mando, pueden cambiar el rumbo.  Pero se arregla y sigues moviéndote, pisa fuerte y deja huella en la carretera, pero no descuides las vistas, nunca serán las mismas dos veces.

V.

martes, 14 de abril de 2015

Ya no eres tú

Querido X,

Ya no eres el que me quita las horas de sueño, ni me despiertas las inseguridades que están escondidas. Ya no eres lo primero en lo que pienso cuando me despierto, ni lo último cuando me voy a dormir. 
Ya no me importas mas de lo que me importo a mi misma, ni tienes voz en mis decisiones. Ya no formas parte de mi presente y por el momento, tampoco del futuro, eres un simple recuerdo del pasado, y he caído en la cuenta de que solo recordaba lo que nunca sucedió. 
Ya no soy tuya, ni tú eres mío, cada uno se tiene a si mismo después de haber pertenecido a una persona tanto tiempo. 



Hoy quiero decirte que ya no eres tú, el que me invitas a la última copa ni me pasas a buscar, ni el que tiene que caer bien a mis amigas. Ya no eres el que tiene que dar explicaciones de sus actos incomprensibles, ni de sus impulsos irreversibles. Hoy simplemente tienes que tragártelo, ya eres libre para hacer lo que quieras, pero conten ese irrefrenable deseo por envolver con tu mirada a la rubia, a la morena, o a la del sombrero. No por mi, hazlo por ti, o hazlo por ellas, no se lo merecen. 

Hoy te das cuenta de que me has perdido. No puedo decir que para siempre, no existen y nunca se sabe lo que depara el futuro. Pero si sé algo, y es que ya perdiste el control sobre mis emociones, mi estado de ánimo y mi felicidad. Ya no eres quien tiene la capacidad de cambiar mi humor en cuestión de segundos, ni quien puede conseguir que recorra kilómetros para verte. Pero si eres tú quien ha perdido la oportunidad de un pasado, un presente y un futuro, y también eres tú el que solo puedes vivir de recuerdos porque uno aprende de errores, y ya no podrás volver a vivir aquello que tenías por seguro. Ya no tienes ni el poder de hacerme daño, ni el privilegio de hacerlo cuando quieras.


Pero querido X, hay cosas que no tienen marcha atrás y espero que hayas aprendido a valorar lo que tienes en cada momento, y que todo tiene sus consecuencias, que debes ser más reflexivo y consciente.
"algún día todo lo que has dado te regresará y entonces sabrás por qué estás aquí."

V.

lunes, 13 de abril de 2015

Dos personas que se hacen reír tienen derecho a todo

Porque dos personas que sólo comparten palabras y miradas pueden significar mucho, pero nunca tanto como las que se hacen reír entre ellos. Cuando acabas de conocer a alguien y con la más mínima tontería es capaz de sacarte una sonrisa, hazme caso que vale la pena.
Con eso no quiero decirte que cualquier desconocido que consiga hacerte sonreír tiene acceso a ti, pero cuando esto pasa sucesivamente, cambia de significado.
Si tiene la capacidad de hacerte reír, aunque sea un simple gesto, en los días más grises, cuando tienes ganas de encerrarte en casa y no hacer nada, pero llega él y te rompe los esquemas. Sabe que decirte exactamente para que pongas esa cara de instantánea felicidad. Y debes agarrarlo fuerte, no pasan tan a menudo.



Sin embargo, hay otro tipo de personas que pueden ser muy simpáticas, amables e interesantes, pero si no saben hacerte reír, no tienen nada que hacer. Puede parecer una tontería, pero esconde mucho más detrás de las apariencias. Al cabo de un tiempo, esa persona ha estudiado cuales son tus puntos fuertes y tus puntos débiles, y ha comenzado a apreciar tu sentido del humor. Sabe como hacerte reír y no duda en hacerlo, porque eso conlleva a conquistarte.

Pero también hay que mirarlo desde el otro lado: tú. Tu también debes hacer reír a esa persona especial. Una relación es una cosa de dos, y si no actúas de forma recíproca, estarás buscando algo que no estás dando a cambio. Por eso debes ser natural, y decir aquello que te salga, no hace falta premeditarlo con horas de antelación, pero ten la suficiente confianza como para saber que tu también le haces reír.



Yo siempre pienso que debes llevar un luminoso que diga: ''soy lo que volverías a hacer''. Que tenga ganas de estar contigo, que te busque por las esquinas, y que seas de la que habla con sus amigos. Que comente cuando te has cortado el pelo y que no le importe tomarse unas copas de menos el viernes para estar contigo. La sonrisa de las personas transmite mucho más de lo que aparenta. Junto con la mirada, puede mostrar el interior de sus emociones, como si se le abriera el corazón por unos segundos.
Como he mencionado antes, dos personas que son capaces de hacer reír al otro, tienen derecho a todo. Con esto no me refiero a sobrepasar los límites del romanticismo, pero personalmente creo que debes depositar cierta confianza en aquellas personas que pueden hacerte sonreír hasta en el peor de tus días. Si al menos lo intentan, significa que se preocupan por ti, y de ahí averiguar que sienten algo más por ti. A veces nos intentamos convencer de que somos de acero y sin sentimientos, y no niego que hay momentos en los que deberías fingirlo, pero que no sea permanente, si te cierras por completo a las nuevas sensaciones, te estarás perdiendo los mejores momentos.
Y que la gente se pregunte porqué después de tanto tiempo has vuelto a sonreír, y acuérdate de la persona que lo ha conseguido, no le dejes escapar.

V.


Lo fácil aburre, lo difícil atrae y lo imposible obsesiona

Suena tópico, pero es verdad. Cuando nos dan las cosas hechas, y sólo se trata de seguir el juego, no nos interesa en absoluto. De hecho lo descartamos desde el principio, preferimos complicarnos un poco más.

En cuanto empiezan a añadirse dificultades al asunto, se despierta un interés por aquello que sabemos que nos costará un poco más. En el momento en que aparecen piedras en el camino, crece un deseo por lo que es difícil de alcanzar. Sean cuales sean las circunstancias de la relación, en muchos casos surgen impedimentos por varias razones, y es eso lo que nos enganchan a esa historia imposible. Por que somos así, cabezotas, nos gusta ir a contracorriente, y cuanto mas nos prohiban algo, mas lo vamos a querer, y es ley de vida. 


No siempre las relaciones son tan complicadas, sino tendríamos un gran problema. Pero todos pasaremos al menos una vez por esta situación. La constante lucha entre el orgullo y la sinceridad, la cabeza y el corazón, el impulso y la reflexión. Y una vez puestos en escena, habrá momentos en los que no pararemos de intentarlo hasta conseguirlo, porque creemos que vale la pena. Pero no siempre es así. Simplemente hay veces en las que el simple hecho de que sea imposible cobra mayor importancia que los sentimientos en sí, y llegamos a confundir lo que queremos con lo que estamos obsesionados con querer.



A veces deberíamos replantearnos si verdaderamente es amor, o es deseo por lo inalcanzable. Porque pensar que estamos enamorados de alguien puede hacernos mucho mas daño que estar con la persona en cuestión. Y que si esa persona hubiera sido accesible desde el principio, no sentiríamos lo que sentimos ahora. 

Y por el contrario, si sabes que es amor de verdad, lucha por ello. Nunca nadie dijo que iba a ser fácil, y quien algo quiere, algo le cuesta. Por eso, debes intentarlo, sacando lo mejor de ti mismo, porque no podemos intentar sacar de la cabeza aquello que no se puede sacar del corazón. 

V.

viernes, 10 de abril de 2015

Por las de siempre


Ellas son de las de no desde siempre, pero si para siempre. De enfadarnos por tonterías pero a los dos minutos reírnos como si nada. De salir todas juntas y que al final se quede una sola bailando en la pista. De cuidarnos las unas a las otras cuando las noches acaban pasando factura. Son las que te roban tu comida pero también son de las que te apropias medio armario.
Cuando solo te apetece llorar y llorar sabes que tienes para elegir entre cualquiera de ellas. Que hay momentos en que desearías que se callaran un año cuando te enfadas, pero sabes que no puedes aguantar un día sin hablar con ellas. Aunque cada una este en una punta del mundo te escribirán para preguntarte que tal tus vacaciones y de paso para que les aconsejes en que foto subir. Que aunque estés mucho tiempo sin verlas sabes que el día del reencuentro será como si no hubieran pasado las horas.


 
Y es verdad eso de que en las buenas estás rodeada de gente pero cuando las cosas se ponen difíciles es cuando te das cuenta de que realmente amigos de verdad hay pocos. Son de las que se plantan en tu casa para animarte a hacer lo que sea. En sus casas te tratan mejor que en la tuya y sus padres te quieren mas que a sus hijas, en las que ni se pregunta si puedes quedarte a dormir. 

De las que año tras año te traen una tarta el día de tu cumpleaños  y ya han planeado como matar a ese tío. Son las que no se cansan de escuchar tus historias, y las que te dan consejos que nunca sigues. Con las que convives y tienes que asegurarse de que todas acaben en sus camas sanas y salvas. 
 Son esas con las que brindas cada viernes que puedes, y cada año nuevo pides que sea incluso mejor que el anterior.
Son como psicólogas 24h, son las que dicen "una mas y a casa", son las que te apoyan a hacer dieta para comerse lo tuyo, son las que nunca te ocultan la verdad porque saben que aunque duela, es mejor saberla.

Que aunque te enfades con ellas millones de veces, sabes que ninguna discusión es suficiente como para separaros, que estés donde estés van a estar pegadas al teléfono y por mucho que pasen los años, van a seguir al pie del cañón. Porque yo y ellas, ellas y yo, somos una.

V.

jueves, 9 de abril de 2015

Dejarlo ir

Con el paso del tiempo y de los años me he dado cuenta de que nos preocupamos en el presente por personas del pasado. Pero hay una razón por la cual no han logrado llegar al futuro.

A menudo escuchamos la frase de ''si lo amas, déjalo ir''. Por mucho que cueste entender esta frase, no es mas que la verdad. Si dejamos ir a aquello que queremos, aprenderemos a ser independientes de otras personas y valernos por nosotros mismos, porque al fin y al cabo tu único compañero de viaje eres tú mismo. Debemos aprender a querernos y a valorarnos, porque si no lo hacemos, ¿quién lo hará?. Y es que la vida va avanzando y cerramos ciclos, como nosotros también saldremos de la vida de otros.

Decidimos atormentarnos con ''y si...hubiera pasado'', ''y si lo otro hubiera pasado''. ¿Y qué? Cuando las cosas se tuercen, y cambian su rumbo, no es por casualidad. Quizás aquella persona que pensabas que estaba hecha para ti no era mas que un obstáculo en un camino de piedras. Lo que nos pasa es que tenemos miedo de no volver a encontrar a otra persona como esa, y nos aferramos sin ningún tipo de seguro sentimental que nos prometa que no nos vayan a hacer daño. Es más, seguramente nos lo hagan.

Si algo he sacado de mis experiencias es que tú eliges a quien le das el poder de hacerte ese daño. Hay veces en las que ese poder no es tan fácil de controlar, y nos dejamos llevar por instantes en los que nos conmueven los sentimientos y el sentido común pasa a un segundo plano. Donde las emociones sobrepasan los límites de la lógica y nos cautivan esos instantes que son capaces de sacarnos una sonrisa. Pero no debes infravalorar ese poder. De hecho es de lo más valioso que tienes, y hasta que no encuentres verdaderamente a esa persona por la que valga la pena estar rota, debes guardarlo con cuidado y aprecio, no quieres que te hagan daño como si fueras un juguete.


Volviendo al tema, a lo largo de tu vida pasarán miles y millones de personas. ¿Por qué quedarse en estancada en algo que no ha conseguido hacerte todo lo feliz que quieres ser? Mientras tanto, te estarás perdiendo las mejores experiencias de tu vida, y si te cierras a que nuevas personas puedan entrar en ella, quizás no conozcas al protagonista de tu próximo libro, de tu historia de amor.
Que por mucho que te invadan los recuerdos espontáneamente, hay que tratarlos con frialdad y no dejar que te invadan el presente.
Y aunque el pasado te de un toque de vez en cuando, no quiere decir que tengas que mirar hacia atrás, ya no vas en esa dirección.

V.

Un brindis por lo que ayer dolió y hoy ya no importa

No sabías que duraría tanto ni tan intensamente desde ese primer instante. Hubieron momentos irrepetibles, de los de no poder parar de reír hasta llorar, pero también los hubo de no poder parar de llorar hasta dormir.
Ahora miras hacia atrás y piensas en todo lo que has vivido, por todas las paradas que has hecho a lo largo del camino, y todas las veces en las que te has dado la vuelta y has decidido dar unos cuantos pasos marcha atrás. Sabías que no era lo mejor para ti, pero no podías detener los impulsos por los que te guiabas. Pensabas que valían la pena meses de sufrimiento por unos cuantos minutos de felicidad. Y no lo dudo.
Pero hay que saber seguir hacia adelante, porque si nos quedamos estancados en algo que ya no está vivo, somos los que sufrimos las consecuencias. Y la vida no está hecha para vivirla, está hecha para disfrutarla. Llega un día en el que decides pararlo, que te toca seguir andando hacia lo que te estaba esperando mientras tu te debatías entre caminar y voltearte hacia atrás.

Cada vez me doy mas cuenta de que la vida da muchas vueltas y que cosas que suceden nunca imaginarías que fueran a pasar. Pero también sé que todo pasa por algo,
y que todo ese sufrimiento no ha sido en vano. Nunca nadie dijo que iba a ser fácil poner los sentimientos a prueba de fuego, y en el proceso se quemaron. Pero como las heridas, todo se cura.

Por eso, no deberías pensar en el tiempo que has perdido o en la cantidad de horas que le has dedicado a algo que nunca llegó a ser nada.


Te quiero proponer un brindis.
Por aquel peso que llevaste tanto tiempo encima de tus hombros, que te ha dejado marcas, porque quien pisa fuerte deja huella. Pero hoy solo son cicatrices, así que brindemos por las cicatrices que hoy son solo recuerdos de aquello que nunca sucedió, pero te ha hecho ser quien eres hoy.

V.

Aprendí

Él me enseñó que las grandes cosas se construyen despacio, y quien algo quiere, algo le cuesta. Que a veces por miedo a fallar, dejamos de intentar algo que puede que sea lo mejor que nos haya pasado en la vida, y nunca lo sabrás si no das un paso más allá, porque quien no arriesga, no gana.

Alguien me enseñó una vez que cuando encuentras a alguien que rompa la monotonía de los días aburridos y que con la más mínima tontería sepa sacarte una sonrisa, agarrado fuerte. Porque hay veces que damos por hecho que siempre estarán ahí, y a lo mejor, cuando menos te lo esperes, decidan marcharse.

El me enseñó que la vida esta hecha de pequeños momentos, que desearías que pudieras darle al botón de ''replay'' una y otra vez. Que no merece la pena agobiarse por lo que pueda pasar en un futuro, que lo importante es el aquí y ahora, y que ya se encargará el destino de poner las cosas en su sitio.

El me enseñó que no todo es de color rosa, pero que hay personas que pueden aclarar un día de lluvia.
Nunca dejes ir algo que realmente te importa, porque aunque ahora no lo aprecies, habrá un día en el que te darás cuenta de que las personas que han hecho que tu vida sea mejor, son las que deben permanecer a tu lado. Y que todo lo que sube, baja, pero no todo lo que se va vuelve. Y que quizás no sea tu primer amor, pero si la mejor de tus historias. 
Así que arriesga, juégate el tipo por aquello que sabes que valdrá la pena, y nunca des las cosas por sentadas, porque cuando ya no esté, te estarás arrepintiendo de lo que podrías haber hecho. Es cierto que quien no arriesga, aprende de errores.

V.